Por Verónica González Delgado
Bajo la dirección del arquitecto Fernando Manzone, en el año 2000, el antiguo teatro ubicado en el exclusivo sector de Recoleta, en Buenos Aires, fue remodelado manteniendo sus características y su antiguo esplendor, transformando sus 2.000 m² en la actual librería Ateneo Grand Splendid, considerada una de las más hermosas del mundo.
La historia de esta prestigiosa cadena de libros y editorial, se remonta al año 1912, cuando Pedro García, inmigrante de origen español, abre su primera tienda en pleno centro de Buenos Aires. Tenía contactos en el mundo de la salud, y así se enteró de que había libros imprescindibles que no se conseguían en el país. De allí, surgieron los primeros vínculos de El Ateneo con la medicina, que terminaría por ser el punto fuerte del catálogo de la editorial. Desde ahí en adelante hubo un crecimiento constante, abriendo nuevas sucursales en distintos puntos de la ciudad.
En febrero de 2000, el Grupo ILHSA, que a través de Tematika, es propietario de la cadena de librerías “El Ateneo y Yenny libreros” así como de la editorial El Ateneo, inauguró su tienda más esplendorosa en el ex teatro Grand Splendid. El diseño del teatro de principios del siglo XX, construido por los arquitectos Pizoney y Falcope, contaba con cuatro hileras de palcos y una platea, con una capacidad total de 1.050 personas sentadas. Su decoración aún mantiene los frescos del pintor Italiano Nazareno Orlandi en la cúpula de 20m x 19m x 3,65m donde se plasmó una representación alegórica de la paz, representada por una figura femenina, pintada en 1919 por el fin de la Primera Guerra Mundial. Otra figura femenina -en el sitio opuesto- sostiene un proyector de cine cuyo film es una cinta envolvente de paz y permite recordar a la actividad original del Grand Splendid. También se mantienen las cariátides esculpidas por Troiano Troiani, al igual que los balcones originales, la ornamentación dorada y el telón de terciopelo en el escenario, que hoy cobija la cafetería, donde se puede hojear con calma cualquier ejemplar de la librería, encontrarse con amigos, acercarse de pronto a algún autor que frecuenta el lugar, matizar la espera con una buena lectura, y elegir el libro que queremos comprar con el tiempo suficiente como para saber qué nos estamos llevando. Las sillas en todo el edificio, incluyendo las de los palcos, están todavía intactas. Incluso los clientes pueden revisar los libros desde los palcos, luego de escoger desde sus imponentes estantes entre los más de 120 mil ejemplares que tienen a disposición del público en libros, cds y vinilos. Las luces cálidas y los ornamentos completan el paisaje de un museo vivo hecho librería.
La amplitud y la elegancia del edificio art nouveau, honra la memoria de Ernesto Sabato, transformándose en un lugar imprescindible para cualquiera que tenga interés en los libros. Son cuatro pisos. En el subsuelo, se accede al salón de venta de música y libros para niños y en el piso más alto se pueden ver exposiciones.
La librería es recorrida por más de 3 mil personas por día y vende más de 700 mil libros al año. Con el tiempo se transformó en un atractivo turístico de la Ciudad, conviertiéndose en un destino favorito e imperdible de Buenos Aires, que transporta al visitante a principios de 1900, convirtiendo la búsqueda de un libro en una experiencia particular.